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Instituto Federal de Telecomunicaciones


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El valor de la transformación digital

 

 

 

La transformación digital se ha convertido en un proceso revelador que, de asumirlo correctamente, permite mejorar la calidad de vida de las personas.  

 

Desde Huawei estamos trabajando para lograr un mundo conectado e incluyente, en el que nadie se quede afuera. ¿Cómo lo hacemos? Creemos que las escuelas deben permitir la inclusión digital en los salones de estudio para mejorar la comunicación y el aprendizaje en materia de ciencia, esto no debe ser exclusivo de alumnos sino también para docentes quienes deben ser los principales impulsores del mundo digital.

 

Para Huawei, apoyar la transformación digital es una de sus prioridades, por ello aumenta su inversión en talento digital. Tan solo en América Latina y el Caribe, la empresa ha ayudado a capacitar a más de 50,000 talentos por medio de sus iniciativas.

 

“Seeds for the future” es el programa insignia de responsabilidad social de Huawei, el cual desarrolla el talento local en materia de las TICs, mejora la transferencia de conocimientos, promueve una mayor comprensión e interés en el sector de las telecomunicaciones, asimismo alienta la creación y participación regionales en la comunidad digital.

 

Desde el 2008, “Seeds for the future” tiene presencia en 126 países, en colaboración con más de 500 universidades en todo el mundo. En 2022, se unieron a la comunidad 2,000 estudiantes de más de 60 países para compartir e interactuar ideas de largo plazo.

 

La inclusión digital en materia de educación facilita el acceso a muchas fuentes de conocimiento, esto hace que su uso en la actualidad sea prioritario como parte de la formación de los alumnos.

 

La brecha digital es la que separa a las personas que tiene acceso a internet de quienes no lo tiene y Huawei busca que esta sea menor a través de los programas con los que cuenta y con la labor diaria que hace en materia de inclusión, no solo en América Latina sino en todo el mundo.

 

 

¿El adiós de los dos Méxicos?

 

 

 

En el país, la brecha digital se está encarando con acciones, sobre todo en materia de actualización de marcos regulatorios y desarrollo de agendas y políticas digitales. Por eso, podemos empezar a hablar de una evolución significativa en materia de acceso a la tecnología, lo que empieza a desvanecer el concepto de “los dos Méxicos”, el que por años se ha utilizado para definir la división entre los que sí y los que no están conectados. 

Hoy, la “discapacidad digital” sigue estando presente, pero desciende poco a poco. En el análisis “Índice de Desarrollo TIC 2020: Impulso Digital  y Avances en las Brechas en Conectividad”, elaborado por The Social Intelligence Unit, México registró un incremento en la transformación digital de 22 % entre 2018 y 2020.

 

El estudio mide del 0 al 10 el nivel de desarrollo digital, siendo el dígito de dos números el que revela que todas las personas tienen acceso y son usuarias de internet. México pasó de 4.42 a 5.38 puntos en el mismo periodo, lo que habla de una estrategia que está dando resultados positivos.

 

Sigue habiendo un gran 'abismo de conectividad' en los Países Menos Adelantados, donde casi tres cuartas partes de las personas nunca se han conectado a Internet. Las mujeres en los Países Menos Adelantados están particularmente marginadas, y aproximadamente cuatro de cada cinco siguen sin conexión", según la directora de la UIT.

 

 Las noticias son buenas y el futuro parece estar cargado de grandes expectativas; pero debemos seguir trabajando en iniciativas como “Seeds for the future”, y no olvidar a los otros segmentos, como adultos en edad económica activa que requieren de habilidades digitales para aumentar su productividad y por ende su nivel de bienestar; y en general a los niveles directivos de las empresas para que adopten la digitalización de una forma más acelerada.

 

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Transformación digital en ámbito educativo

Actualmente dirijo una Academia de lenguas orientales. Debido a la pandemia el uso de plataformas tecnológicas nos permitió continuar con nuestra escuela en poder seguir transmitiendo la enseñanza a través de plataformas en línea como Classroom y Zoom.

Los alumnos también se han adaptado a esta forma de enseñanza sobre todo los pequeños y hemos podido llega a más alumno en toda la República.

Considero que ha sido muy benéfico este cambio ya que da la oportunidad a aquellos alumnos que no pueden trasladarse o no tienen tiempo de asistir a una escuela presencial, puedan continuar su formación gracias las nuevas plataformas que surgieron debido a la pandemia.

Además los alumnos se acostumbran y actualizan sobre el uso de estas plataformas y les permite en un futuro seguirlas utilizando .

A pesar de que la pandemia se ha controlado , la mayoría de los alumnos se han acostumbrado al uso de las plataformas educativas para seguir adquiriendo conocimiento, en este caso la parte de los idiomas que sin duda es una ventaja competitiva en el mercado.

Contamos con alumnos pequeños desde los 6 años que se han adaptado al uso de las mismas, ya que a pesar de que algunos padres de familia lo consideren una desventaja , es preferible que el alumno aproveche el uso moderado de aparatos electrónicos en el aprendizaje de cosas nuevas, mas no en contenido que hay en redes que no ha sido benéfico para los menores de edad.

Además permite conquistar y darle oportunidad a personas de aprender que no se encuentran viviendo en México, contamos con alumnos incluso de otros continentes que han aprovechado la facilidad de estas nuevas plataformas para seguir fomentando su aprendizaje, por ejemplo, contamos con alumnos de origen Chino que actualmente estudian español con nosotros, lo cual les ayuda a tener mejores relaciones comerciales con México y traspasar la barrera de comunicación que hoy en día muchos lo siguen teniendo.

Como directora de la escuela espero que podamos ir renovando y tomando ventaja de estas nuevas transformaciones para poder llegar a más alumnos y poder transmitirles el aprendizaje para un mejor futuro, aclarando, con el uso moderado de los dispositivos.

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Introducción

Al llegar la pandemia, yo me encontraba cursando el séptimo semestre de la Licenciatura en Lengua y Cultura. Los años transcurrieron y llegó el momento de hacer prácticas docentes, asignatura dentro del plan de estudios de la licenciatura, en el octavo semestre. Para mis prácticas docentes atendí grupos de jóvenes de 16 a 30 años, y a adultos de 32 a 60 años. Compendié varias experiencias siendo docente en la educación a distancia. En este sentido, toda reflexión y aseveración que aquí se presenta, nacieron del empirismo del quehacer pedagógico, además de reflexiones derivadas de la observación participante. 

Uno de los principales retos que se vivieron durante la pandemia a lo largo y ancho del globo fue el cambio de modalidad de la educación. Se tornó de una educación presencial a la modalidad a distancia lo cual, entre incertidumbres y soslayos del cambio, requirió que los estudiantes de prácticamente todos los niveles educativos utilizaran herramientas digitales para su aprendizaje. En este sentido, en este escrito se abordan esos retos, pero centrando el estudio en las comunidades mayas de Quintana Roo. Con base a la experiencia y la observación participante, es posible vislumbrar, reconocer y transigir que, en el contexto de precariedad digital que se vive en esta zona rural, los sucedáneos son verídicos pues fueron parte de la cotidianidad de la zona durante los tiempos en una educación disímil e inusitada.

Antes de comenzar la argumentación y el planteamiento de este escrito, es necesario recordar cómo la pandemia llegó al estado de Quintana Roo. El CNN Español (2020) comenta que para diciembre del 2019 y enero del 2020 se detectaron los primeros casos de COVID-19 en Wuhan y fueron reportados a la Organización Mundial de la Salud. Ante el aumento excesivo de contagiados, el virus había alcanzado ya a varias partes del país chino. Más tarde, se detectó el primer fallecimiento por el virus. En enero del año contiguo, el virus ya se estaba expandido por todo el globo; en ese mismo mes, con fecha del 26 de enero, la República Popular China la nación suspendió los vuelos internacionales de emisión y recepción internacional. Para el 11 de marzo de 2020, el coronavirus es declarado pandemia mundial luego del contagio y propagación en todo el mundo, y la muerte de mucha gente. Meses después y luego de actitudes escépticas sobre la pandemia, en México se presentan los primeros casos de pandemia y los primeros registros en las actas de defunciones causado por COVID-19. De este modo, pasados algunos meses de la llegada de la pandemia a nuestro país y autocuidado de los pobladores, la cancelación de vuelos locales y primeras medidas de sanidad, el COVID-19 arribó al estado de Quintana Roo.

 

Tensiones de la educación a distancia

Si bien la educación bajo la modalidad a distancia ahora podría estar “sobreentendida” parece inexorable hacer una reminiscencia de la misma. La práctica docente (de enseñanza) es una labor que consta de varios elementos: los usuarios de la información, informantes y agentes externos e internos en un proceso en búsqueda del cambio de mentalidad y actitud de estudiantes

(Díaz Villa 2019) . Es un acto complicado el enseñar, en la que el docente debe dirigir, organizar, diseñar, asistir, facilitar, animar y enseñar a los alumnos una serie de saberes. La educación bajo la modalidad a distancia fue una de las formas emergentes de atender el ámbito educativo en el mundo y que, aunque en muchos estados y/o regiones ya se implementaban, para muchos otros llegó fortuitamente y planteó la necesidad de una readaptación educativa. La educación a distancia fue un fenómeno educativo que implicó un modo de interacción educativa, metodología, de prácticas pedagógicas, de espacios y roles divergentes y, sobre todo, de materiales distintos a los ocupados en la educación basada en lo presencial, modalidad en la que se requiere la presencia del estudiante. (Aliaga & Bartolomé, 2005)

. En Touriñán López (2002), Castro y Guzmán de Castro (2005) y otros autores, se presentan algunas características de esta modalidad, entre ellas:

 

Autor (es)

Características

Touriñán López

1.- Espacio- tiempo: hace referencia a las dificultades de disponibilidad de tiempo de ambas partes; el aprendiz y el docente en el proceso de instrucción.

2.- Separación física profesor–alumno: no existe participación física de alumno, no existe una fuerte veracidad de los resultados de aprendizaje y existen factores afectivos que se pierden tales como la motivación extrínseca.

Castro y Guzmán de Castro

3.- Formas de estudio: bajo la premisa de que los estudiantes presentan diferentes estilos de aprendizaje, los estudiantes tienen una forma y ritmo de aprendizajes divergentes. Ahora, si el maestro no distingue el estilo del estudiante en la modalidad presencial y maneja la clase tomando en cuenta la diversidad en el aula, será muy difícil que lo haga a la distancia.

4.- Estrategias educativas: en el proceso de aprendizaje, el docente debe buscar formas óptimas para enseñar los contenidos y hacer del aula un espacio de colaboración.

5.- Mediatización de saberes: implica que el conocimiento llegue al estudiante, conocer si el estudiante en realidad entendió lo que se le proporcionó en el proceso pedagógico, ya sea en actividades individuales, entre pares, en equipo o en grupo.

Porras Otálora y Peña Rodríguez (2018)

6.- Comunicación masiva: la comunicación, a través de dispositivos móviles, debe siempre ser más activa para que el alumno entienda el contenido y se resuelvan las dudas.

7.- Lugar de residencia: implica mucho el medio en el que radica el estudiante. Si tiene acceso a los medios tecnológicos pertinentes, no tendrá mayores problemas, pero si no los tiene esa situación representará una grave situación dañina para el aprendizaje del estudiante.

Medeiros Geremias et al. (2015)

8.- Práctica socio-tecnológica: la característica que es transversal a las otras es esta porque en esta precisamente el estudiante y el docente deben estar frente al computador, mientras utilizan diferentes herramientas digitales tales como plataformas, aplicaciones de mensajería y para entrega de tareas.

 

La educación a distancia en la zona maya

Todas las características presentadas tienen implicancia en el desempeño de los estudiantes en el aula virtual pues cada uno de ellos representa una realidad educativa que debe ser atendida, provista y analizada para la creación de programas de curso y la búsqueda de estrategias educativas en la instrucción virtual. Empero, las realidades tecnológicas del país son diferentes. Por ello, es importante puntualizar cuál era la situación tecnológica de la zona maya cuando la pandemia arribó a este territorio. En uno de los reportes de Gómez Hernández (2020), el autor comparte la siguiente tabla, recogida del INEGI, en la que se contempla la situación digital de la zona.

 

 En esta zona predomina la lengua maya yucateca. En las zonas rurales se presenta un índice alto de monolingüismo en maya, por lo que una de los modelos educativos que se implementan desde la educación primaria es el modelo intercultural-bilingüe que intenta contextualizar los saberes de las comunidades mayas en la práctica de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, la enseñanza en y de lenguas indígenas no es una labor sencilla y superflua, sino una labor ardua que permuta las actividades de enseñanza que hay, por ejemplo, en el proceso de enseñanza de una lengua franca o extranjera (Brumm Roesler, M. M: 2006). La enseñanza en y de lenguas indígenas simboliza la construcción de materiales didácticos inéditos, de trabajo programable y reprogramable según las necesidades educativas y disyuntivas que puedan generarse en la práctica pedagógica. La educación bajo este enfoque busca incidir en el desarrollo de la práctica pedagógica e incorporar los saberes locales de las comunidades marginadas en los programas y planes de estudio de los niveles educativos existentes, utilizando a las lenguas originarias o indígenas de los pueblos para el diseño de las actividades curriculares de los cursos (Brumm Roesler, 2006). Asimismo, busca generar conductas interculturales que generen relaciones armónicas en los estudiantes, mismos que serán utilizados en su vida futura, haciendo de lo aprendido un aprendizaje significativo o lección para la vida.

 

Sin embargo, la educación se aleja por mucho de esa utopía de educación a distancia porque no existen las herramientas, los medios, los materiales y formación de educadores que atiendan la situación de educación a distancia. Durante la pandemia, la situación fue extenuante, se avizoraba desde la lejanía la transformación digital. Las familias de esta zona no contaban con los recursos tecnológicos, pero ante la necesidad de contar con, por ejemplo, una antena de internet se tuvo que buscar la forma de obtenerla y facilitar el medio al estudiante para su aprendizaje. Empero, a pesar de ello, fue muy difícil alcanzar los aprendizajes esperados en los diferentes niveles educativos: la deserción escolar hizo acto de presencia, hubo zozobra por saber si los resultados de aprendizaje se lograban a medida que el curso avanzaba y, por otro lado, la señal de internet (con lo que muchos se “conectaban a clase”) fallaban esporádica o frecuentemente.

 

Conclusiones

En este escrito se presentaron algunas reflexiones surgidas de la experiencia y que versan sobre los retos, los caminos y las rutas hacia la transformación digital. Se explicaron circunstancias que estuvieron presentes durante la pandemia y que probablemente continúen en el andén de la educación a distancia. Ante esta situación y considerando la brecha tecnológica-digital de la zona maya, es difícil imaginar el escenario de una transformación digital pues hasta el momento la situación se ciñe ante la precariedad digital. Reflexionando un poco sobre las formas para subsanar este mal social, las formas de alcanzar tal transformación sería la implementación de políticas públicas que velen por ese cambio o, bien, la organización de las comunidades para contar con sus propias redes Wifi de manera autónoma. No existe aún una receta que nos permita escudriñar de manera más rápida el mecanismo para alcanzar la transformación digital que favorezca la educación a distancia, pero si es posible plantear las bases metódicas y teóricas que nos conduzcan al puerto de la certidumbre.

 

Referencias consultadas

·      

Aliaga, F., & Bartolomé, A. (2005). El impacto de las nuevas tecnologías en educación. Universidad de Valencia.

·      

Brumm Roesler, M. M. (2006). Enseñanza de lenguas indigenas y educación intercultural. Ethos educativo, pp. 43-50.

·      

Castro, S., & Guzmán de Castro, B. (2005). Los estilos de aprendizaje en la enseñanza y el aprendizaje: Una propuesta para su. Revista de Investigación, núm. 58, pp. 83-102.

·      

CNN Español. (14 de mayo de 2020). CNN Español. Obtenido de https://cnnespanol.cnn.com/2020/05/14/cronologia-del-coronavirus-asi-empezo-y-se-ha-extendido-por-el-mundo-el-mortal-virus-pandemico/

·      

Díaz Villa, Mario. «¿Qué es eso que se llama pedagogía?» Pedagogía y Saberes, 2019: 11-28.

·      

Gómez Hernández, H. (2020). La educación a distancia: los retos para la UIMQROO ante una contingencia. José María Morelos, México: Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo.

·      

Medeiros Geremias, B., Montanari Giraldi, P., Cassiani, S., & von Linsingen, I. (2015). Cuestiones socio tecnológicas en la formación de profesores de ciencias: una perspectiva discursiva. Revista Iberoamericana de Educación / Revista Ibero-americana de Educação, 115-126

·      

Porras Otálora, N., & Peña Rodríguez, F. (2018). Educación y tecnología: problemas y relaciones. Pedagogía y saberes, 59-70.

·      

Touriñán López, J. M. (2002). Compartir el mismo espacio y tiempo virtual una propuesta de investigación para la intervención pedagógica. Revista de Educación, núm. 332 (2003), pp. 213-231.

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Estamos viviendo la mayor revolución tecnológica de nuestra historia como humanidad, nuestro mundo es cada vez más complejo y desafiante, esa es una gran realidad, pero a la vez, un gran reto, ahora bien, ¿qué hacer ante ello? ¿cómo podemos contribuir a que esa digitalización llegue a todos por igual?, ¿acaso ello es posible?

 

La primera pregunta nos obliga a reflexionar sobre lo que hemos hecho y que podemos hacer ante una digitalización que se aceleró inesperadamente durante los últimos dos años y nos demostró que las competencias digitales son una necesidad permanente para la vida del hombre de este siglo, en todos los ámbitos de su vida, el económico, el social y la educación.

 

Y la respuesta a ese cuestionamiento es precisamente la educación y la transformación digital, estas herramientas vitales son la gran base para salir adelante y sobrevivir a estos retos que suponen la tecnología y estas competencias digitales cada vez más demandadas, y es que en Fundación Telefónica Movistar México estamos convencidos que no hay una herramienta más poderosa que la educación para garantizar la inclusión social, reducir las desigualdades e impulsar la competitividad de los países.

 

Desde Fundación Telefónica nos hemos propuesto conectar a las personas con la educación y la empleabilidad, para generar igualdad de oportunidades a través de la formación digital.

 

 

La tecnología es imprescindible

 

La tecnología hoy, y siempre ha sido imprescindible en el desarrollo de la humanidad, pero la tecnología de manera aislada no va a producir cambios en los procesos educativos, por ejemplo. Ésta sólo será buena y transformadora, si nos hace avanzar a todos.

 

El uso de la tecnología digital en la educación es un medio, es un valioso soporte y una herramienta para el aprendizaje.

 

La educación en esta era digital debe ser considerada una herramienta que responda a los objetivos del sistema educativo, para alcanzar una educación de calidad para todos, una educación más personalizada que permita a las y los jóvenes sacar el mayor provecho a su talento, que sirva como canal para lograr la inclusividad y reducir las desigualdades.

 

México y toda la región se enfrentan a un gran desafío: la brecha digital que existe entre los conectados y los no conectados, así lo reflejó nuestro informe Sociedad Digital en Latinoamérica de Fundación Telefónica.

 

En lo referente al tema educativo, este informé detalló el rol del docente en este proceso de educación y transformación digital.  El docente es pues, pieza fundamental para la comunidad educativa, por lo que se deben concentrar los esfuerzos en la formación docente y de los líderes educativos. El docente de hoy debe formarse y mejorar sus habilidades para poder adaptarse a las necesidades actuales de los estudiantes.

 

Un docente con el conocimiento debido puede personalizar y adaptar estrategias de aprendizaje en entornos complejos. Todo esto tiene que ver con el desarrollo digital y con la era que estamos viviendo. Si no se da el proceso de formación y las y los alumnos no tienen acceso a la educación, difícilmente se podrá avanzar en este fin.

 

Para el 2023 los factores más sensibles que se deben abordar con urgencia son: El cierre de brechas, la salud mental y emocional, la conectividad inclusiva y la adopción responsable de las tecnologías.

 

La digitalización debe estar al servicio del sistema educativo.

 

 

Aprender a aprender

 

La educación de este siglo debe promover el aprendizaje: "aprender a aprender" que conduzca a desarrollar habilidades a lo largo de toda vida.

 

La innovación y los cambios en la tecnología están comprometiendo la práctica docente y está llevando a los docentes a formarse para entender las necesidades de los estudiantes de hoy, quienes viven en medio de la globalización y el acceso instantáneo y masivo a la información, donde todos los contenidos que requieren están a la distancia de un clic. El reto de los formadores está en enseñar a sus alumnos cómo pueden aprender por sí mismos, en otras palabras, aprender a enseñarles cómo se aprende.

 

 

Las habilidades sociales transforman el mundo

 

Las aptitudes o habilidades sociales son hoy un factor determinante para forjar un mejor futuro, ellas nos permiten relacionarnos con nuestro entorno, no desde la primera persona singular, el “yo”, sino que nos involucra y nos hace mirar hacia afuera, nos lleva a hablar de “nosotros”, y a su vez, nos permite desplegar el potencial necesario para transformar el mundo.

 

Son el pilar más importante para el ciudadano de esta era, en tanto nos habilita para rediseñarnos ágilmente en un mundo de tecnologías que evolucionan de manera constante y exponencialmente.

 

Creemos en una educación enfocada en la creatividad, la colaboración y la resolución de problemas.

 

 

Lo imposible es solo una palabra

 

Recientemente Fundación Telefónica cerró una importante alianza con Telefónica Hispam y CEPAL dirigida a implementar acciones conjuntas para una digitalización sostenible e inclusiva en América Latina y El Caribe, acuerdo que se realizó en el marco de la Octava Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, en Uruguay.

 

Allí la CEPAL alertó, y hago cita textual de lo informado, que “entre 2014 y 2023, la región experimentará el menor crecimiento de las últimas siete décadas (0,8%), menos que lo registrado en la llamada década perdida de los años 80 por la crisis de la deuda. A esto se agrega que en América Latina y El Caribe aún falta por conectar a 1/4 de los hogares urbanos y a 2/3 de los hogares rurales. Los hogares no conectados en el quintil de menores ingresos triplica a los del quintil de mayores ingresos en la región”. Añadiendo que, en la actualidad “no están conectados” la mitad de los jóvenes de entre 13 y 25 años, 1/3 de los niños y niñas de 5 a 12 años de edad y 1/4 de los adultos mayores de 66 años”.

 

¿Que esto representa un desafío?, claro que lo es. Sabemos que el reto que tenemos por delante es sumamente grande, pero también estamos convencidos que, a través de alianzas, acuerdos y sinergias, si todas están dirigidas a un mismo objetivo: Educar para la transformación digital, se puede lograr. Todos estamos comprometidos en hacerlo posible, porque al final del día, lo imposible es sólo una palabra.

 

Cortesía de Comprometidos con la educación (2022)

 

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Zygmunt Bauman, uno de los sociólogos más relevantes de los últimos tiempos, acuñó el término modernidad líquida (1) para definir el estado presente de la sociedad. En esta categoría sociológica, las características de dicho estado de la materia (líquido) se transfieren al ámbito social, es decir que, en la actualidad el contexto humano moderno ha adquirido rasgos tales como la maleabilidad, la fluidez y el cambio de forma ante estímulos diversos.

 

 Como aspecto inherente a la naturaleza humana, la educación no es ajena a la adquisición de estas características y por ello, el propio Bauman señala que la educación líquida(2) es del tipo que se adapta a los cambios continuos y que facilita la formación de los individuos para vivir en constante evolución. 

 

 Si vemos la actualidad desde esta óptica, sería justo considerar que, para lograr su fin último, la educación debe adaptarse al contexto inmediato y a las necesidades que éste presente, sobre todo en sectores tan rápidamente cambiantes como lo son la tecnología de la Información y comunicación (TIC).

 

Cuando la adopción y el uso de tecnologías digitales se generalizan en el entorno social, es necesario dar a la educación un enfoque que contribuya a dar el siguiente paso hacia la transformación y democratización digital.  

 

Sin duda, la educación y la preparación académica son elementos idóneos que permiten preparar a los talentos humanos para que sean capaces de explorar todas las posturas desde su ámbito de desempeño y que, con un enfoque pragmático sobre la relación entre la tecnología y la sociedad, puedan brindar justamente la claridad de rumbo que se requiere en tiempos en los cuales los cambios vertiginosos de la ciencia contrastan con la capacidad de adaptación de la sociedad a dichos avances.

 

En INFOTEC, Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación, consideramos que los escenarios futuros serán determinados en alto grado, por las decisiones que se tomen respecto al uso de las tecnologías, pero también creemos firmemente que la educación es el elemento máximo de iluminación de la mente, por lo que su estimulación contribuirá a que el desarrollo tecnológico en nuestro país pueda llevarse de manera gradual, pero ágil, en un entorno donde prevalezca la ética, con decisiones fundamentadas y bajo un esquema de regulación jurídica y organización.

 

En ese sentido y con una visión entusiasta en el poder que la educación tiene para el desarrollo óptimo del sector, el INFOTEC contribuye con la formación de los futuros especialistas en las TIC con siete maestrías y un doctorado, diversas especialidades, así como carreras de nivel técnico superior universitario que abarcan las principales tendencias tecnológicas (*).

 

El uso de las TIC abre nuevas opciones para la obtención de productos, servicios e información, realidad que ha generado nuevas formas de relación entre personas y organizaciones, por lo que resulta necesaria la participación de profesionales preparados para formular y consolidar los escenarios apropiados que contribuyan a crear un ambiente armónico para el uso y la generación de nuevas tecnologías.

 

El modelo educativo del INFOTEC promueve la adquisición del conocimiento, por medio de la unión sistemática del saber hacer, saber ser y saber vivir, los cuales son elementos necesarios para el desarrollo de competencias profesionales y laborales, sin dejar de lado la responsabilidad que implica ser un profesional de las TIC.

 

En 1964, Umberto Eco acuñó dos conceptos (apocalípticos e integrados) (3), para dilucidar las distintas posturas antagónicas que dos grupos, también contrarios, tenían respecto a la cultura de masas.

 

En tiempos actuales, estas dos mismas posturas siguen vigentes en la visión del mundo actual y la esfera tecnológica. Habrá quienes posean un enfoque apocalíptico, enfocado en los efectos negativos de la tecnología y su uso; pero también quienes consideren los efectos idealizados e ilusorios bajo una perspectiva integrada.

 

Ante ello, es justo hallar un punto medio, uno más equilibrado y más factible, que, bajo la lente pragmática, nos permita tomar buenas decisiones respecto al uso e implicaciones de la tecnología en general.

 

Lo anterior es mencionado para contextualizar la visión deontológica que plantea INFOTEC para la formación de los profesionales que emanan de sus aulas. Si para ello visualizamos las figuras antagónicas que Umberto Eco acuñó para correlacionar la cultura de masas y la sociedad, podemos argumentar que una visión de dicha relación, que esté basada en el conocimiento, pero también en la ética, puede generar las condiciones para que los productos y servicios tecnológicos que se desarrollen, lo hagan en un entorno justo, regulado y organizado que eviten las visiones maniqueas, distópicas y utópicas del futuro.

 

Bajo esa misma óptica, la de la ética, justicia, regulación y organización para el bien común, INFOTEC promueve la búsqueda y descubrimiento de nuevos talentos que contribuyan a mantener y acelerar el dinamismo y progresión del ámbito TIC.

 

En este punto es importante mencionar que algunos de esos talentos no son potenciados por diversos motivos, algunos de los cuales se deben a que las mujeres y niñas no han gozado de exposición y oportunidades suficientes que propicien un interés genuino que se convierta en una vocación.

 

Según el informe de la UNESCO “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM (*)”, sólo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las STEM en educación superior son mujeres y sólo el 3% de las estudiantes de educación superior, por ejemplo, eligen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (4).

 

Esta disparidad de género es alarmante pues se considera que, en general, las carreras vinculadas con las STEM constituyen los empleos del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible.

 

INFOTEC, comprometido con desarrollo científico y tecnológico de México, así como con la necesidad de inclusión y la suma de más mujeres en dichos sectores, lanzó a mediados del año pasado y replicó en el año en curso, la Beca Ellas en STEM (**), en una acción derivada de los acuerdos de cooperación científica y tecnológica con organizaciones del ramo.

 

Una mayor participación de las mujeres en el ámbito STEM inspira a que más niñas tengan interés y un mayor sentido de pertenencia con la ciencia a través de la identificación con los talentos femeninos en el ramo. Lo anterior, a su vez genera que en ellas crezca la curiosidad por la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas a grado tal que cada vez más mujeres destaquen como figuras referentes.

 

Es bien sabido que, a través de la historia, la visión femenina en al ámbito científico ha aportado valiosos descubrimientos que han cambiado el rumbo de la humanidad, por lo que es necesario estimular el interés de las mujeres desde temprana edad en los sectores STEM, lo que a su vez permitiría que dicho interés pueda tornarse en una pasión transformadora.

 

Para INFOTEC, la participación de las mujeres en el ámbito STEM es un factor de especial relevancia para lograr la democratización tecnológica y la transformación digital que llevarán a México a ser una nación moderna y funcionalmente digital.

 

En el presente texto se han mencionado tan solo unos cuantos aspectos de los muchos que hay, sobre la realidad actual y la prospectiva de las TIC, así como del contexto social que vivimos en la actualidad. Sin embargo, en el particular punto de vista, el vector fundamental que lleva a una transformación digital de beneficio común, no es sino la educación; es ella el factor determinante para generar claridad de pensamiento, cuyos beneficios no sólo estriban en la propiedad, personal o colectiva del conocimiento, sino en los efectos pragmáticos que de ella derivan.

 

Con el pasar de los días podremos vislumbrar que el camino que transitamos para llegar a la democratización digital es el correcto, porque está basado en la educación adaptable al contexto. Solo así podremos cerciorarnos que las decisiones tomadas fueron las mejores, que las implementaciones de los productos y servicios tecnológicos tienen el uso correcto, que verdaderamente generan un beneficio colectivo y que llegamos realmente a la trasformación digital por el sendero de la educación. 

  

 

*El Mtro. Federico C. González Waite es Director Ejecutivo del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (INFOTEC).

  *Revisa la oferta académica completa de INFOTEC en https://www.infotec.mx/

 ** STEM, Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus siglas en inglés (Science, Technology, Engineering and Mathematics)

  

Fuente:

 (1) Bauman, Zygmunt: Modernidad líquida, 1999

 (2) Bauman, Zygmunt: Los retos de la Educación en la Modernidad Líquida, 2008

 (3) Eco, Umberto: Apocalípticos e integrados, 1964

 (4) La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) – UNESCO, 2019

 

 

 

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La transformación digital en la educación, a través de su propia historia ha demostrado entre otras cosas, la falta de herramientas para su entendimiento y aplicación, indicando la urgencia de revisar y analizar la vulnerabilidad que se hace presente en esta llamada alfabetización digital.

 

Por un lado, es necesario reflexionar y deconstruir el enfoque que se le ha asignado a los procesos de transformación digital y digitalización, dado que, se ha pensado que la tecnología es el agente activo generador de los cambios sociales como hechos aislados, sin considerar, la importancia de comprender que quienes acompañan estos procesos de cambio tecnológico son las propias personas, es decir, es importante alinear que la era digital no ha sido la sustitución de las personas con las tecnologías, sino, que estas mismas innovaciones son aplicadas por personas, y son servicios que se colocan a las necesidades de la sociedad. Por otro lado, la transformación digital se hace evidente a través del desarrollo de habilidades y cambios o, en muchos casos, situando mentalidades y realidades para la construcción de un aprendizaje continuo.

 

Por ello, para comprender la importancia que ha tenido la transformación digital, esta debe mirarse y entenderse a través de tres puntos clave:

·      

Revisar y analizar la vulnerabilidad en la alfabetización digital.

·      

Reconocer las brechas en términos de acceso, uso de tecnologías y adquisición de competencias clave para niñas, niños, adolescentes y personas jóvenes y adultas.

·      

Apostar por sistemas que respondan a las necesidades educativas y laborales.

 

Desde la Organización de Estados Iberoamericanos, se han realizado esfuerzos por atender las brechas digitales y tecnológicas, propiciando el acceso a la educación como derecho, tal es el caso de la conformación del Programa Iberoamericano de transformación digital en educaciónque, enmarcado en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, tiene como objetivo avanzar hacia modelos híbridos para ampliar la cobertura educativa en plena sociedad digital y “no dejar a nadie atrás” en Iberoamérica. La relevancia de este programa radica en construir una iniciativa que busque superar los efectos de la pandemia en la educación, desde los aspectos políticos, sociales, financieros e, incluso, culturales.

 

Este programa considera la identificación de las zonas y poblaciones de intervención prioritaria; la definición de una estrategia conjunta a partir de las necesidades detectadas con los Ministerios de educación de la región; el fortalecimiento de capacidades y la creación de redes; la sistematización y evaluación de las experiencias en la construcción del conocimiento; y, la amplia difusión en redes sociales y medios de comunicación como catalizadores que permitan compartir las experiencias en toda la región Iberoamericana.

Desde la Oficina en México de la OEI se llevaron a cabo diversos proyectos enfocados en los procesos de inclusión en la educación con las demandas tecnológicas que ponía sobre la mesa la pandemia, sin embargo, específicamente en el tema de conectividad y brechas de desigualdad, se llevó a cabo el Taller de Diálogo Regional “Cómo trabajar la educación híbrida en contextos de baja conectividad”, partiendo de analizar las lecciones aprendidas y las recomendaciones para la implementación de esta modalidad educativa en contextos rurales en México.

El arduo trabajo para la implementación de la educación híbrida requiere ser analizado, pero, sobre todo, accionado en la práctica social a través de un enfoque con justicia social. Los procesos de digitalización y de transformación digital demandan tener una revisión pedagógica profunda que los acompañe, además, de un compromiso igualitario y equitativo que lo avalúe.

Por otro lado, es importante considerar que, aunque los procesos de prueba y error que la pandemia ha dejado, demostró las desigualdades que existen en el acceso y uso de las tecnologías, también nos sitúa para comprender que la educación híbrida es un proceso pedagógico que no solo combina presencialidad y virtualidad, sino que requiere considerar a las familias, las escuelas, los grupos etarios (lo cual implica no realizar distinción de edad en el proceso formativo de las tecnologías), así como la  periodicidad que tiene la propia educación híbrida (en tanto la existencia previa a la pandemia de educación en línea, educación por TV y/o radio, los materiales impresos, incluyendo los libros de texto).

Es de relevancia vislumbrar que los sistemas educativos híbridos demandan una programación más flexible, acompañado de un entorno de aprendizaje interactivo y un análisis constante donde se sitúa ese sistema.

En síntesis, la política educativa y la alfabetización digital requieren tomar en cuenta los siguientes puntos: apostar por la construcción de culturas de inclusión en la era digital; desnormalizar las narrativas racistas y clasistas en torno al acceso y la formación de conocimientos tecnológicos; aprender de las experiencias que nos han dejado las coyunturas sociales, en este caso la pandemia de la COVID-19 para mejorar en la construcción de una escuela renovada; situar la transformación digital y sensibilizar sobre la misma etariamente, es decir, reconocer que la primera infancia, así como las personas adultas mayores también están siendo parte de esta transformación. También se debe considerar los retos que acompañan este proceso, y que requieren del diseño de entornos adaptables a distintos perfiles y diferentes estilos de aprendizaje, que potencien la autonomía de los estudiantes y el trabajo colaborativo.

La transformación digital es un proceso que existe y debe estar acompañado de una conciencia ética y social para su uso. De igual forma, es necesario desarrollar el pensamiento crítico y la creatividad que permitan constituir aprendizajes continuos que busquen y encuentren, en esa misma transformación, el cambio efectivo en la construcción de una educación de calidad, sin olvidar las competencias digitales y la inclusión como partes que contextualizan las herramientas digitales y la adecuación de los contenidos con justicia social.

 

Autora:

Xounely Chandel Dávila Gutiérrez, Coordinadora de Educación y Cultura de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) en México.

 

Enlaces de interés:

Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), (2022), Programa Iberoamericano de transformación digital en educación. https://oei.int/oficinas/secretaria-general/programa-regional-de-transformacion-digital-en-educacion-2/contexto

Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), (2021), La SEP, Aprende Mx, el BID y la OEI desarrollan el taller de diálogo regional 'Cómo trabajar la educación híbrida en contextos de baja conectividad'. https://oei.int/oficinas/mexico/noticias/la-sep-aprende-mx-el-bid-y-la-oei-desarrollamos-el-taller-de-dialogo-regional-como-trabajar-la-educacion-hibrida-en-contextos-de-baja-conectividad

Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), (2021), Taller de diálogo regional: Cómo trabajar la educación híbrida en contextos de baja conectividad. https://oei.int/oficinas/mexico/publicaciones/documento-del-taller-de-dialogo-regional-como-trabajar-la-educacion-hibrida-en-contextos-de-baja-conectividad

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En silencio, como la humedad, la tecnología digital se introdujo en los distintos ámbitos de la sociedad, y un día con fuerza, en marzo 2020 con el inicio de la pandemia por COVID-19, el ámbito educativo exclamó e hizo visible la necesidad de moverse para apropiar la tecnología digital. ¿Fue tardía u oportuna la toma de conciencia? Ese no es el tema, lo importante es que finalmente las instituciones educativas se dieron cuenta de la importancia de sumarse a esta nueva era, la sociedad del conocimiento, en la que la apropiación de la tecnología digital es solamente el comienzo de algo mucho más profundo. La demanda clave es iniciar un replanteamiento de la educación, una modificación en la gestión educativa, una profunda evolución de la cultura educativa, todo ello como parte de lo que esta era exige a todos los contextos: la transformación digital.

 

Pero, ¿qué implica sumarse a la transformación digital desde la educación? ¿Qué retos trae la transformación digital en los entornos educativos? ¿Qué responsabilidad tiene el campo educativo en esta transformación?

 

En los siguientes párrafos se comparten algunas reflexiones en torno a dichas preguntas que buscan aportar una mirada a partir de estos cuestionamientos, que, seguramente, el lector podrá complementar con sus propias perspectivas y experiencias.

 

 

Cabe señalar que diversos pensadores y empresas enlistan en sus publicaciones características de la transformación digital entre las que se encuentran el cambio de mentalidad, creencias y actitudes. También exponen como elemento distintivo la modificación de maneras de operar, así como la evolución de la cultura en sí, en la que la gestión de data se vuelve un eje transversal.

[1]

 

Todo lo anterior confirma que estamos ante un nuevo paradigma. Este término acuñado por Thomas Khun, es retomado por Joel Barker, quien expone que un paradigma es un conjunto de reglas y filtros que el individuo utiliza para ver el mundo.

[2]

Si a esto agregamos las ideas que en su momento Khun hizo respecto a este término, nos encontramos con la relación de reglas con práctica: “los hombres cuya investigación se basa en paradigmas compartidos están sujetos a las mismas reglas y normas para la práctica científica”.

[3]

 

Por lo tanto, esta era digital está conformada de nuevas maneras de mirar, estar y accionar en el mundo.

 

Este cambio de paradigma trae implicaciones en el campo educativo. Por un lado, se necesita de una evolución en la cultura, estructuras organizacionales y de gestión educativa que posibiliten el trabajo colaborativo, el acceso e intercambio de información y la construcción a partir de ésta en tiempo real, así como la formación del individuo desde distintos modelos y modalidades.

 

Estamos en una era dinámica que demanda un ajuste continuo del currículo, que además se precisa diseñar a partir del contexto real y desde un enfoque centrado en el estudiante, y que posibilite el aprendizaje autogestivo y colaborativo, desde espacios sincrónicos y asincrónicos ante una realidad donde la frontera tiempo espacio se ha desdibujado.

 

Lo anterior requiere de la apropiación de tecnología digital para el manejo de la data del proceso de aprendizaje del estudiante, lo cual posibilita la implementación de la evaluación formativa para valorar los procesos con el objetivo de acompañar, retroalimentar y reajustar de manera continua y personalizada en favor de la formación del estudiante. Así mismo, se necesitan distintos canales, códigos y formas de interacción y comunicación entre facilitador y estudiantes.

 

Lo anterior conlleva un desarrollo de nuevas competencias entre los agentes que guían los procesos de aprendizaje en las instituciones para operar desde estas renovadas estructuras y prácticas. Esto a su vez, implica generar las condiciones para favorecer comunidades de aprendizaje desde donde se gesten este intercambio y formación entre agentes educativos.

 

Respecto a los retos que enfrenta el campo educativo en esta transformación digital están el replantear y rediseñar desde los cimientos de las estructuras y sistemas legitimadores lo que se entiende por escolarización, educación y los espacios y formas en los que ésta se genera. Además, hay un desafío enfocado en romper y reconstruir las ideas respecto al rol docente, el cual precisa alejarse de una práctica como expositor y transmisor de información para convertirse en un mentor, guía y diseñador de rutas de aprendizaje que posibiliten al estudiante aprender a aprender y reaprender, apropiarse de su proceso y ser partícipe de éste, así como habiliten el aprendizaje autónomo y continuo para la vida. Con base en lo anterior los conocimientos y habilidades relacionadas con la curación de contenido, metodologías ágiles, inteligencia emocional, pensamiento computacional, comunicación sincrónica y asincrónica empática, se vuelven claves en el nuevo rol del guía o mentor educativo.

 

Finalmente, no podemos dejar de mirar el papel y el compromiso que tiene el campo educativo en la composición del tejido social. Éste tiene un rol partícipe en la formación de los individuos de toda comunidad, ya que aporta en la evolución de la cultura, la generación de hábitos y prácticas, la construcción de creencias y mentalidades, así como provee conocimiento y habilidades, es decir, aporta en la conformación de las reglas, filtros y prácticas desde los cuales se mira y acciona en la realidad. En resumen, contribuye en la configuración de los ciudadanos, hoy ciudadanos digitales.

 

Lo anterior refuerza la importancia de brindar acceso a la educación, un aspecto que toma relevancia ante una realidad que avanza junto con una brecha digital, en la que diversos individuos no tienen la posibilidad de acceder a ésta debido a las condiciones de los entornos, los cuales carecen de estructuras y herramientas tecnológicas digitales básicas.

 

Si miramos aún más profundo, a partir de la situación planteada previamente, se puede identificar que en esta transformación digital se pone en juego un derecho básico de cualquier individuo: la ciudadanía. Hoy, sí o sí, una persona requiere tanto de herramientas de tecnología digital para integrarse y ser partícipe como ciudadano de esta era, así como necesita desarrollar competencias que le permitan accionar en ella.

 

Por lo tanto, el campo educativo como agente de cambio tiene la responsabilidad en conjunto con otros ámbitos como el empresarial y gubernamental, de trabajar de manera colaborativa para generar sinergias y estrategias que provean los accesos, insumos y espacios formativos para que los individuos tengan entrada a su derecho básico de ser ciudadanos digitales.

 

Hoy, la humedad ya se expandió, la transformación digital comienza a generarse en diversos entornos educativos que han asumido el compromiso de reinventarse y adaptarse a esta nueva era para dar posibilidades a las personas para ser, estar y accionar en la sociedad del conocimiento. Sin embargo, estos son solo los primeros pasos aún falta un gran camino por recorrer.

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Introducción

En las distintas reformas al nivel medio superior (NMS) que se han implementado en los últimos 46 años, el tiempo que llevo trabajando en el ámbito educativo (tanto en la función docente como en la de directivo); hay un aspecto poco atendido, pero que considero nodal: la creación del ambiente de aprendizaje. Este aspecto se refiere a la responsabilidad que el docente tiene de conducir a los alumnos, antes que nada, a crear, junto con ellos, un ambiente para el aprendizaje. Un ambiente que permita cometer errores y aprender de ellos, escucharse mutuamente, y la participación sin otro temor o angustia que la que resulta de la propia ignorancia.

Con cada reforma, se entrega al docente una nueva base epistemológica sobre el conocimiento que se debe transmitir a los alumnos, se entregan los contenidos (de física o matemáticas en mi caso, casi siempre los mismos), se incorporan las TIC, geografía, historia, la articulación de los contenidos (transversalidad acaso), y es todo …. “¡a trabajar, profesor!”

Las sucesivas reformas señalan entre sus propósitos el crear jóvenes críticos, que desarrollen habilidades para trabajar en equipo, de comunicación, y para aprender por sí mismos. Poco, si es que algo, se habilita al docente para lograr eso.  

 

Desarrollo

I.                

Lo que tenemos.

Fue en múltiples cursos, incluyendo el PROFORDEMS, en los que, como profesor de NMS, aprendí algo gracias a mis compañeros, más que por los expositores; en esos cursos logré identificar la importancia del ambiente del aula, del ambiente de aprendizaje, o ecosistema de aprendizaje, para usar una buena metáfora que enfatiza la interacción mutua, directa e indirecta.

El docente debe preguntarse quiénes son sus alumnos. Es básico para el arranque del curso. Me refiero a sus alumnos, aquellas personas sentadas en su banca, definidas inicialmente sólo por el hecho casual de que algún algoritmo los asignó a su clase. La definición inicial de alumno se refiere a una relación de enseñanza - aprendizaje con el maestro. En esta relación, es indispensable saber quiénes son ellos (cuando están conmigo) y quién soy yo (cuando estoy con ellos).

 

A)   

Aventuro una aproximación:

Los alumnos

El profesor

Ríen fácilmente de los errores de sus compañeros, más como burla que como alegría.

Llega a reírse de los errores de sus alumnos, sin conciencia del peso que pueden tener sus reacciones en los estudiantes.

Cuando responde una pregunta del docente, quien responde y los demás, creen firmemente que la respuesta es sólo para el docente, que los otros nada tienen que ver con eso. Ya el docente le dirá al participante si está bien o mal.

Es frecuente que pregunte para saber si su alumno, uno en específico, sabe o si acaso comprendió la lección o la actividad.

Se siente en la obligación de calificar la respuesta: está bien o está mal, y poca atención pone en el proceso de argumentación de alumno.

Creen que están allí para aprobar, para obtener una calificación mayor que 6.0, y preferentemente cercana a 10.

Cree también que cada vez que levanta la mano, entrega una tarea o asiste a clase, debe ser considerado un esfuerzo para abonar en su calificación, sumando puntos.

Cree que está allí para exponer un programa. Cree que el programa es divisible en ítems, que sirven para poner una calificación, según el dominio del alumno.

Cree que si otorga muchos 10 puede ser calificado de “barco”, “maestro fácil”, imagen que considera lejana de lo que debe ser un buen maestro.

Muchos creen que no hay límites en las artes válidas para la obtención de esa calificación. Así, aceptan que se puede copiar en un examen, una tarea, copiar y pegar un texto de internet, sin haberlo leído -ni comprendido- previamente. 

Aceptan un juego tipo “el gato y el ratón”: toman como permitido el copiar, y el castigo si es sorprendido.

Cree que si sorprende a un alumno en una de las artes prohibidas (copiando en un examen o entregando una tarea idéntica a la de otro, por ejemplo), debe castigarlo. No hay una reflexión del docente sobre esa acción, ni sobre la sanción.

Toma como una burla personal el que, sin que se hubiera dado cuenta, un alumno logre una calificación aprobatoria o alta con el uso de las artes del engaño

La calificación es el resultado final del curso. No hay una recuperación de aprendizajes, meta aprendizajes, ni de otras habilidades. 

La entrega de calificaciones es el final del curso. No hay una revisión colegiada de posibles relaciones entre ejercicios elegidos, bibliografía, actividades; y los resultados en términos de aprendizaje y de calificaciones. 

Creen que son responsables, hasta cierto límite, de la calificación que obtengan, y sólo la de ellos, de cada uno.

Cree que es el único habilitado para otorgar una calificación, que es una responsabilidad intransferible.  

Creen que la calificación debe tener bases “objetivas”, “medibles”, “las mismas para todos”.

Es incapaz de convencer a sus alumnos de la justeza de incorporar en la nota final las participaciones, compromiso y avances de sus alumnos.

La evaluación, también llamado examen, es una fiscalización, un escrutinio que sólo los aburridos ñoños pueden aprobar. No se imagina evaluando a sus compañeros. La evaluación es un castigo.

La evaluación, también llamado examen, es una fiscalización, un escrutinio que sólo unos pocos pueden aprobar. Desconoce el valor de la autoevaluación, de la heteroevaluación. La evaluación es una posibilidad de castigar. 

Pocos han oído hablar de la importancia del conocimiento, del placer del saber; y la idea que tienen del mismo es prácticamente esotérica.

Las reglas del juego que se presentan al inicio del curso, conocidas como encuadre, tienen que ver con la forma “justa” de que cada alumno obtendrá la calificación: exámenes, tareas, participaciones, … poco o nada sobre cómo obtendrán conocimientos. 

Descarga en el profesor la responsabilidad de su aprendizaje, la conducción del curso y las razones por las que se realice de una manera y no de otra. Cuando cuestiona al curso, lo hace como protesta por sus calificaciones, para oponerse, no para comprender.

Decide estrategias del curso, referentes, actividades, sin la opinión de nadie más.

Cuando debe cambiar algo, simplemente lo hace y ya. El alumno es un menor al que no es necesario dar explicaciones. 

 

B)   

Lo que no se ve.

El aire que respiramos no se ve. El pez no se ve inmerso en el océano, en el agua. Nosotros no vemos las relaciones de poder, no vemos las prácticas cotidianas de sujeción y condicionamiento. Para alcanzar a ver nuestro contexto es necesaria una formación crítica, y no todos tienen la formación crítica suficiente para ver en nuestro alrededor las diferentes maneras en las que el lenguaje y la relación con los otros condiciona nuestras formas de ver y construir la realidad, lo que será nuestra realidad.

Nuestros alumnos han vivido ambientes escolares y familiares en los que se postula que leer es un escarmiento, que estudiar es un castigo, que preguntar en clase sólo aumenta el tiempo de exposición de clase, que lo importante son las calificaciones, que participan en clase los barberos o lambiscones del profesor, que copiar en el examen está permitido, así como permitido es que el profesor te suspenda si te descubre.

Vienen de ambientes en los que los débiles son acosados y sometidos a burla, ambientes en los que se reproducen las relaciones de poder de la sociedad de adultos, relaciones donde un reloj, el smart phone, la ropa, el vaso de café de la cadena comercial favorita; y otros objetos tienen el significado de poder, de importancia. De ambientes en los que la valoración que se da a tener (esos objetos), está por encima de la idea de ser (persistente, curioso, honesto).

Ambientes en los que el conocimiento es algo extravagante, un conjunto de saberes-islas, datos, citas, fechas, fórmulas, lugares, en fin, aburrido.   

 Si nuestro estudiante viene de ambientes así, al entrar a nuestra aula los trae en su alforja, en su mochila cotidiana. Está presto a recibir lo que el profesor le ofrece para acomodarlo en el bagaje de relaciones que trae, en el conjunto de valoraciones que son lo opuesto de lo que los planes y programas dicen que debe adquirir o crear, lo que debe modificar. Está presto a sobrevivir esa nueva etapa de relaciones de poder y de imagen falsa que le presenta la institución, de qué es aprender, qué es conocimiento, qué es el trabajo en equipo, qué es un proyecto de aprendizaje, …

 Y el profesor se desilusiona, se desespera de que su alumno no sea capaz de incorporarse al trabajo al que se le invita. En ocasiones, el profesor no es capaz de comprender las contradicciones en las que se ve envuelto el proceso enseñanza aprendizaje que él, teóricamente, dirige.  

Y, con una frecuencia más alta de lo deseable, tampoco tiene capacidad para percatarse de que él mismo introduce al aula un conjunto de valoraciones que van contra los aprendizajes y el desarrollo de habilidades; y algunas valoraciones más, propias de su relación con la institución, distinta de la del estudiante.   

 

C)   

Para avanzar.

El profesor debe hacer conciencia de las valoraciones que traen sus alumnos y descubrirlas delante de ellos, debe razonar con ellos, considerándolos seres responsables y capaces de entender los razonamientos que se les ofrecen, en un ejercicio que tiene un doble fin:

i.                

construir un ambiente libre de los obstáculos del egoísmo del exterior, y

ii.               

entablar con ellos un diálogo que los toma como personas con capacidad de comprensión, que lo son. 

Y el docente debe ser congruente en su actuación.

 

II. Al inicio del curso.

A)   

De las burlas o bullying.

 1.               El docente debe ser explícito en la razón fundamental del porqué están en ese lugar, en el aula, en ese momento. Debe subrayar que es para adquirir y confirmar conocimientos, habilidades, destrezas, valores. Incluso, los primeros días no se hable de calificaciones. Se debe hablar de conocimientos, del valor el conocimiento en esta sociedad, en la prolongación de la expectativa de vida, en la comprensión del cosmos, en la necesidad de generación de energía limpia, qué es la muerte, sobre el sentido de vida, las adicciones, la comunicación instantánea con cualquier lugar del mundo, … y asombrarse con dos o tres ejemplos que sea capaz de presentar sobre su área de conocimiento, sobre los temas a tratar. Modelar el asombro por un conocimiento que no siempre hubo.

2.              

El docente debe aclarar a sus alumnos los principales obstáculos para el aprendizaje en un ambiente escolar: debe referirse a la burla que hacen ellos mismos de los compañeros que preguntan cuestiones sencillas, o participan. Debe referirse a la risa burlona que se escucha cuando alguien participa o responde de manera errónea. El docente debe razonar con ellos lo que ocurre con otros que también tienen dudas: los que deciden no participar, con el resultado de que nos perdemos preguntas y dudas que también eran de otros.

3.              

El docente les debe hablar del valor de participar, del valor didáctico y pedagógico del error: El que participa abre la brecha, inicia un ambiente de confianza para la intervención de otros, ambiente que debe ser reforzado, mostrado y protegido por el docente. Además, el error señala el nivel y esquema de los conocimientos de los integrantes del curso. Con la participación del alumno, el profesor sabe dónde debe iniciar, cuáles son los esquemas erróneos o preconceptos que tienen sus alumnos sobre el tema.

4.              

El docente debe señalar a los alumnos la importancia de que participen, escriban, discutan y expongan en beneficio del desarrollo y maduración de sus redes semánticas y neuronales. Cuando una persona habla, estructura su pensamiento. De eso se les debe hablar al inicio del curso. El docente puede confiar en que entienden esto y le dan importancia, debe tratarlos como personas en proceso de maduración. Claro que será necesario repetirlo ocasionalmente durante el curso, pero no muchas veces. Con los puntos anteriores se avanza, simultáneamente, en colocar sobre ellos parte de la responsabilidad de sus aprendizajes. 

Personalmente me parece un mal inicio de curso que un docente, una docente, empiece por exigir respeto de los alumnos. Lo que se percibe es una debilidad del docente. Más bien, iniciemos el curso ofreciendo respeto a las personas que asisten al curso, y sólo a las personas. A mis alumnos les advierto que no tendremos respeto por las ideas, sólo por las personas. La discusión de las ideas nos dará preguntas, dudas, hipótesis, aprendizajes, conocimientos. Las ideas son para criticarlas, voltearlas, cuestionarlas. Y nosotros no somos nuestras ideas. Agrego finalmente que en el aula sí hay alguien sobre el que podrán reírse cuando quieran: Yo, el profesor. Y al paso del tiempo, conociéndonos, quizá también yo pueda reírme sin causar daño.

 

B) De las preguntas y respuestas en clase.

1. El profesor busca, en todo momento, los aprendizajes de sus alumnos. Cuando hace una pregunta a un alumno en particular, o a la clase, debe dar indicaciones para que quien responda procure hacerlo dirigiéndose a sus compañeros. El profesor debe incentivar esa actitud. La clase debe atender la respuesta para, a su vez, participar ellos agregando, corrigiendo, acotando, etc.

2. El profesor debe estar atento a la participación ordenada, impulsar la de los que menos intervienen; y debe tomar nota de aportaciones polémicas o sin sustento, para devolver a todos a la búsqueda del conocimiento y el beneficio de todos. Para esto, el profesor debe abstenerse de calificar a priori las respuestas, así como de dar las respuestas correctas. Lo importante es la participación del grupo en la búsqueda de respuestas. Entonces, en este viaje hacia el conocimiento, lo importante es el trayecto, el paisaje, la lluvia del camino, el sol, la montaña. Y poco el destino.  Esto es, ante la pregunta de qué es cultura, por ejemplo, será más importante el conjunto de ideas que los alumnos propongan, los cuestionamientos del profesor a sus respuestas, los mecanismos que decidan entre todos para enriquecer la respuesta, los mecanismos que utilicen para escuchar a todos, qué momentos dediquen para hacer participar a los que menos hablan, mucho más todo eso, que sacar la respuesta de Wikipedia o de la Enciclopedia Británica.  

3. De las participaciones erróneas que hubiera -desde la perspectiva de la ciencia aceptada como válida, o del libro- el profesor, en la medida de lo posible, planteará a los alumnos cuestionamientos, preguntas, experiencias o experimentos que les invite a revisar. Ya sea que confirmen o descarten las participaciones controvertidas. El profesor debe hacer un esfuerzo claro por diferenciar entre error y fracaso. No son lo mismo.

 

C) De la calificación.

1. Así como la casa sustituyó la biblioteca familiar, el altar religioso o la foto de los abuelos por un aparato de TV (pantalla ahora); así la escuela sustituyó el conocimiento por la calificación. Las normas y los procesos escolares han colocado a la calificación, y con ella los exámenes o la evaluación, en el centro del proceso, ya no la adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas. Ciertamente la relevancia de la calificación es hoy una cuestión familiar y social, así lo exigen los padres, los requisitos de ingreso a la educación superior y a un empleo; pero sigue siendo un extravío, una confusión. Y la escuela no ha detenido esa confusión.

2. El profesor debe hablar de conocimiento, de los procesos de acercamiento al mismo, de la crítica al conocimiento, de su aplicación, de la transferencia, de sus límites; y después hablará de la calificación, como resultado del interés del aprendiz en la búsqueda del conocimiento. Es más, se podría hablar de la “voluntad de saber”, del interés por saber más, aunque no se pueda medir.

Esa voluntad se transmite, se vive, se siente. El lenguaje no verbal, las posturas, la emoción que emite el alumno son perceptibles. Hagamos a un lado el miedo a la evaluación subjetiva, rompamos paradigmas.

3. Del copiar en un examen o las tareas copy&paste. El copiar una tarea o en un examen es producto de todo aquello que es necesario romper para que la escuela y el docente enseñen, es lo opuesto de lo que estoy proponiendo. Copiar una tarea o en un examen es resultado de creer que la calificación es lo importante o lo único valioso de un curso, de creer que el profesor es el enemigo a vencer, de creer que todo es posible con el menor esfuerzo. Cuando un docente sorprende a un alumno en una acción de esas (copiar, por ejemplo), debe considerarla como una respuesta equivocada. Las consideraciones que el alumno hace para copiar y entregar son equivocadas. Debe analizarse con ellos. Si el docente no está preparado para eso, debe pedir ayuda, ya que analizar con ellos no es señalar con el dedo: “¡Eso está mal!”

 

Conclusiones.

Es fundamental, para enseñar a trabajar en equipo, tener la experiencia, conocer la práctica del trabajo en equipo, sus fortalezas, sus debilidades y obstáculos. Esto es, el docente deberá practicar el trabajo en equipo en sus sesiones de academia o de colegio de docentes de plantel. Las autoridades tienen por obligación ofrecer los espacios en el calendario semestral o anual, para que eso ocurra.      

Ya en la teoría didáctica nos hablan de “partir de los conocimientos previos” de los alumnos, pero debemos ir más allá, descubrir el conjunto de valorizaciones que adoptamos sin resistencia alguna, e impiden el logro de los propósitos del bachillerato. Propósitos que pueden estar bien planteados pero que, sin romper con los obstáculos naturales de una sociedad individualista y consumista, no puede lograr.

Mi confianza esta puesta en la acción concertada de los y las docentes. Si toman una línea de acción alrededor del Nuevo Marco Curricular Común de la EMS, los resultados, tarde o temprano, llegarán.     

Esta propuesta es resultado de mi experiencia de algunos años como docente. Por tanto, es personal y de interacción con colegas. La propongo a docentes de EMS como objeto para un ejercicio de praxis: la aplicación práctica que se analiza para su modificación.

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